domingo, 11 de mayo de 2008

El tiempo de la felicidad

El sol luce muy alto en ese cielo limpio del Mediterráneo de los setenta. Un coche cargado de maletas aparece a lo lejos levantando el polvo de la carretera vacía, mientras “All along the watchtower”, de Bob Dylan, se cuela por los oídos para dar paso a una historia tan dulce como bonita, tan sencilla como humana.

Así comienza “El tiempo de la felicidad”, un film de Manuel Iborra, de esos que da gusto ver en buena compañía.

La historia transcurre en la isla de Ibiza, a la que se desplaza una familia bohemia, que en el verano de 1970 cuenta con un padre-Antonio Resines-, actor de cierto nombre, empeñado en explorar el cine norteamericano, con sus correspondientes actrices rubias de labios rojos; una madre-Verónica Forqué-, por obligaciones el eterno sueño de actriz de teatro; y cuatro hijos: María Adanez, futura actriz, Silvia Abascal, quien narra la historia, soñadora en busca de su identidad, Pepón Nieto, sin duda el personaje más entrañable, y Carlos Fuentes, el tímido seductor.

La trama no es, ni más ni menos, que la vida viva de cada uno de los personajes, sus sentimientos, su avance hacia la madurez o hacia la niñez, su sutileza ante la primera vez…durante un verano en el que cada minuto, cada anécdota o cada canción, deja su huella, sin pasar por alto todos y cada uno de los pequeños personajes que aportan, sin quererlo, un toque existencial a cada escena, envolviendo en clave de humor el pequeño drama personal de cada uno.

Manuel Iborra consigue, con la cercanía de los actores, y el feeling general, transportar al espectador a la calma de una casa de ensueño a orillas del mar, al olor salado tan bien conocido del Mediterráneo, al calor de un verano en pleno boom del hippiesmo, al ambiente conmocionado por las letras de Leonard Cohen o el suicidio de Janis Joplien.

En definitiva, una pequeña delicia de aquellos que, como tantos otros, sólo buscan encontrar la felicidad.

De “Goya”-mantengámonos hispanos- la actuación de Pepón Nieto.
A destacar la fotografía, con un toque ocre que da más calidez si cabe al film, así como la banda sonora, muy adecuada para los nostálgicos que vivieron la época, o para los que hubieran querido vivirla.

Clarita

2 comentarios:

familia montesina dijo...

Joe que profesional. Ese comentario tan elaborado no puene caer en saco roto. La veré, aunque no haya accion y sea española.

Eolyn.

familia montesina dijo...

Joe que profesional. Ese comentario tan elaborado no puene caer en saco roto. La veré, aunque no haya accion y sea española.

Eolyn.